Autor Lisandro Duque Naranjo
Me referiré a algunas frases, divertidas varias, pendientes de aclaración no pocas, e inaceptables otras, pronunciadas por políticos de diversas tendencias luego de la derrota sufrida por el referendo en
El ex presidente Gaviria, por ejemplo, se mostró “admirado y agradecido” por el acatamiento que de la sentencia hizo el presidente Uribe. No veo por qué haya que agradecerle al nunca más mandatario una conducta a la que estaba obligado. Y menos si su resignación se debe a que no alcanzó, en el último instante, a modificar un fallo ya consumado, que si le resultó adverso fue contra sus cálculos, pues llevaba rato confiando en que la mayoría de
Una declaración misteriosa fue la de Gustavo Petro, quien dijo que “sólo durante mi gobierno el doctor Uribe podrá sentirse seguro”. Si lo que le ofrece a Uribe es que tendrá servicio de escoltas y carros blindados, como el resto de ex presidentes, estamos ante una obviedad que cualquier otra persona que salga elegida deberá garantizarle. Pero Petro repitió ese único argumento, ante periodistas diferentes, durante toda la noche. ¿A qué seguridad, distinta a la de rutina, y que otro presidente pudiera negarle a quien ya inició el conteo regresivo para desocupar
Antanas Mockus, por su lado, prefirió no celebrar de momento, “por respeto al duelo de los afectados”. Que no era tanto, pues los propios deudos del uribismo, al día siguiente en Cali, durante el primer consejo comunitario posterior a la hecatombe del referendo, dejaron vacío un tercio de las sillas. El Estado de opinión resultó desagradecido, qué vaina. César Mauricio Velásquez, contemplando la pérdida de cohesión de lo que otrora era tumultuoso, expresó lo mismo que esos empresarios de conciertos que simulan no amilanarse cuando el público empieza a escasearle a su cantante: “Así fueran tres personas apenas, el Presidente habría estado con ellas hasta el final”.
Germán Vargas Lleras, urgido de mostrarse más duro ante Venezuela que el propio Uribe, le respondió así a una periodista que le indagó sobre qué haría con Chávez: “Al día siguiente de posesionarme mandaré tropas al Trapecio Amazónico”. Con esa ruta sí me agarró fuera de base militar.
Noemí Sanín le dijo lo siguiente a José Gabriel sobre unos caballitos de juguete que el entrevistador le descubrió en su cartera, y que según ella eran un regalo para su nieta: “¡Es que yo también sé montar a caballo!”. Por favor, Noemí, no más destrezas ecuestres. Doblemos esa página en la que el ejercicio del poder estaba asociado al manejo de bestias.
Andrés Felipe Arias dijo: “me siento vacío”, corroborando lo que la mayoría piensa de él. A Roy Barreras, en el programa Hora 20, se le prendió el bombillo y dijo que postularía a Uribe como candidato a
Pero bueno, el hecho es que Uribe no va más.